domingo, 30 de noviembre de 2014

Experiencia en el Triatlón Olímpico de Benidorm 2014

Hoy es uno de esos días que me siento filosófica y me apetece mucho escribir. Pensando y pensando he caído en la cuenta de que no escribí mi experiencia en el triatlón olímpico de Benidorm.

Así que voy a hacer un pequeño resumen.

¡Allá vamos!
Fui tranquila, pues como ya había hecho el olímpico de Valencia y ya sabía lo que había que sufrir, iba mucho más concienciada y relajada. Era el último triatlón de la temporada y sólo quería terminar con buenas sensaciones. Tranquila y disfrutando.

Comenzamos muy pocas mujeres en la distancia olímpica. Conseguí salir tercera del agua. Me sentí fuerte al alcanzar a varios hombres que habían salido 3 minutos antes que las mujeres. Sabía que iba tercera y quería seguir siendo tercera al salir del agua, era el objetivo de ese momento porque sentía que podía hacerlo.
El tramo de natación constaba de dos partes en la que llegabas a la arena y te volvías a meter, de ahí esas fotos. Se me pasó bastante rápido y salí tercera del agua.
Nada más entrar al agua ésta estaba muy clarita y pude ver el fondo, vegetación marina y algún pececillo. Fue genial. Una vez avanzabas y estaba más profundo ya no se veía nada.







La bici fue dura. 6 vueltas cortas con desnivel. Una subida nada más comenzar dura, dura y unas bajadas bastante peligrosas. No quise apretarme mucho para no sufrir en la carrera a pie y perdí puestos. Quise controlar porque sabía que la bici estaba siendo dura y después sufriría mucho las consecuencias.

Aún así dejé la bici y tocaban 4 vueltas hasta completar los 10km de carrera a pie. Comencé regular y poco a poco me fui encontrando muy bien. Animando a compañeros que nos íbamos viendo pasar, sonriendo, animando a aquellos que me encontraba por el camino. Aumenté el ritmo, me estaba sintiendo fenomenal me quedaban dos vueltas. Pensé en que sólo me quedaban dos vueltas. Cuando llevas más de 2 horas compitiendo 5km se convierten en nada. Se convierten en nada cuando físicamente y mentalmente te sientes fuerte, si estás bajo se pueden hacer muy largos.

Así que llegaron las queridas rampas. La bici había sido dura y mis piernas se resintieron. Fue la primera vez en la vida que me daban rampas en isquios y cuádriceps. Tuve que tirarme al suelo a estirar. Cuando creí que se me había pasado me levanté y seguí. Seguí disminuyendo el ritmo para que no me diesen y pude ir sobreviviendo, pero me di cuenta de que quizás aumentándolo un poco no me daban y mis piernas recibían menos impacto contra el suelo por lo que no quise ir demasiado despacio.

Aguanté hasta el final y sprinté a pesar de sentir amagos, veía el arco y era el último triatlón de la temporada, tenía que terminarlo como a mi me gusta terminar las carreras al ver un arco de meta. Sprint.

Un equipo fenomenal y una experiencia fantástica pasando dos días fuera con la gran familia XTEAM. Un grupo de personas humano allá donde los haya. Fue muy emotivo desde la llegada del primero hasta el último del equipo, todos esperando para levantarlo.
Después de todo sentí que había disfrutado de la prueba y a la vez sentí pena. ¿Hasta el año que viene ningún otro?

Hace nada me inscribí en una pequeña locura.
¡Pronto os cuento!

¡El que me siga en instagram ya se habrá enterado!



Un abrazo enorme,
Laura Chaparro.